Traducción del discurso de Steve Jobs

Discurso que Steve Jobs, CEO de Apple Computer y de Pixar Animation Studios, dictó el 12 de
Junio de 2005 en la ceremonia de graduación de la Universidad de Stanford.
“Tienen que encontrar eso que aman”
Me siento honrado de estar con ustedes hoy en su ceremonia de graduación en una de
las mejores universidades del mundo. Yo nunca me gradué de una universidad. La verdad
sea dicha, esto es lo más cerca que he estado de una graduación. Hoy deseo contarles tres historias de mi vida. Eso es. No es gran cosa. Sólo tres historias.
La primera historia se trata de conectar los puntos
Me retiré del Reed College después de los primeros 6 meses y seguí yendo de modo
intermitente otros 18 meses o más antes de renunciar de verdad. Entonces ¿por qué me
retiré?.
Comenzó antes de que yo naciera. Mi madre biológica era joven, estudiante de
universidad graduada, soltera, y decidió darme en adopción. Ella creía firmemente que debía ser adoptado por estudiantes graduados. Por lo tanto, todo estaba arreglado para que apenas naciera fuera adoptado por un abogado y su esposa; salvo que cuando nací, decidieron en el último minuto que en realidad deseaban una niña. De ese modo, mis padres que estaban en lista de espera, recibieron una llamada en medio de la noche preguntándoles: “Tenemos un niño no deseado; ¿lo quieren?”. Ellos dijeron “Por supuesto”.
Posteriormente, mi madre biológica se enteró que mi madre nunca se había graduado de
una universidad y que mi padre nunca se había graduado de la enseñanza media. Se negó a firmar los papeles de adopción definitivos. Sólo cambió de parecer unos meses más tarde cuando mis padres prometieron que algún día yo iría a la universidad.
Luego a los 17 años fui a la universidad. Sin embargo, ingenuamente elegí una
universidad casi tan cara como Stanford y todos los ahorros de mis padres de clase obrera fueron gastados en mí matrícula. Después de 6 meses yo no era capaz de apreciar el valor de lo anterior. No tenía idea de lo que quería hacer con mi vida y no tenía idea de la manera en que la universidad me iba a ayudar a deducirlo. Y aquí estaba yo, gastando todo el dinero que mis padres habían ahorrado durante toda su vida. Así que decidí retirarme y confiar en que todo iba a resultar bien. Fue bastante aterrador en ese momento, pero mirando hacia atrás fue una de las mejores decisiones que tomé. Apenas me retiré, pude dejar de asistir a las clases obligatorias que no me interesaban y comencé a asistir irregularmente a las que
se veían interesantes.
No todo fue romántico. No tenía dormitorio, dormía en el piso de los dormitorios de
amigos, llevaba botellas de Coca Cola a los depósitos de 5 centavos para comprar comida y caminaba 11 kilómetros, cruzando la ciudad todos los domingos en la noche para conseguir una buena comida a la semana en el templo Hare Krishna. Me encantaba. La mayor parte de las cosas con que tropecé siguiendo mi curiosidad e intuición resultaron ser inestimables posteriormente. Les doy un ejemplo: en ese tiempo Reed College ofrecía quizás la mejor instrucción en caligrafía del país. Todos los afiches, todas las etiquetas de todos los cajones estaban bellamente escritos en caligrafía a mano en todo el campus. Debido a que me había retirado y no tenía que asistir a las clases normales, decidí tomar una clase de caligrafía
para aprender. Aprendí de los tipos serif y san serif, de la variación de la cantidad de espacio entre las distintas combinaciones de letras, de lo que hace que la gran tipografía sea lo que es. Fue hermoso, histórico, artísticamente sutil de una manera en que la ciencia no logra capturar, y lo encontré fascinante.
Nada de esto tenía incluso una esperanza de aplicación práctica en mi vida. No obstante, diez años después, cuando estaba diseñando la primera computadora Macintosh, todo tuvo sentido para mí. Y todo lo diseñamos en la Mac. Fue la primera computadora con una bella tipografía. Si nunca hubiera asistido a ese único curso en la universidad, la Mac nunca habría tenido tipos múltiples o fuentes proporcionalmente espaciadas. Además, puesto que
Windows sólo copió la Mac, es probable que ninguna computadora personal la tendría. Si nunca me hubiera retirado, nunca habría asistido a esa clase de caligrafía, y las
computadoras personales no tendrían la maravillosa tipografía que tienen. Por supuesto era imposible conectar los puntos mirando hacia el futuro cuando estaba en la universidad. Sin embargo, fue muy, muy claro mirando hacia el pasado diez años después.
Reitero, no pueden conectar los puntos mirando hacia el futuro; solamente pueden
conectarlos mirando hacia el pasado. Por lo tanto, tienen que confiar en que los puntos de alguna manera se conectarán en su futuro. Tienen que confiar en algo – su instinto, su destino, su vida, su karma, lo que sea. Esta perspectiva nunca me ha decepcionado, y ha hecho la diferencia en mi vida.
La segunda historia es sobre amor y pérdida Yo fui afortunado – descubrí lo que amaba hacer temprano en la vida. Woz y yo comenzamos Apple en el garage de mis padres cuando tenía 20 años. Trabajamos duro y en
10 años Apple había crecido a partir de nosotros dos en un garage, transformándose en una compañía de US$2 mil millones con más de 4.000 empleados. Recién habíamos presentado nuestra más grandiosa creación – la Macintosh – un año antes y yo recién había cumplido los 30. Y luego me despidieron. ¿Cómo te pueden despedir de una compañía que comenzaste? Bien, debido al crecimiento de Apple contratamos a alguien que pensé que era muy talentoso para dirigir la compañía conmigo, los primeros años las cosas marcharon bien. Sin embargo, nuestras visiones del futuro empezaron a desviarse y finalmente tuvimos un tropiezo. Cuando ocurrió, la Junta del Directorio lo respaldó a él. De ese modo a los 30 años estaba afuera. Y muy publicitadamente fuera. Había desaparecido aquello que había sido el centro de toda mi vida adulta, fue devastador.
Por unos cuantos meses, realmente no supe qué hacer. Sentía que había decepcionado a
la generación anterior de empresarios – que había dejado caer el testimonio cuando me lo estaban pasando. Me encontré con David Packard y Bob Noyce e intenté disculparme por haberlo echado a perder tan estrepitosamente. Fue un absoluto fracaso público e incluso pensaba en alejarme del valle. No obstante, lentamente comencé a entender algo – Yo todavía amaba lo que hacía. El revés ocurrido con Apple no había cambiado eso ni un milímetro. Había sido rechazado, pero seguía enamorado. Y así decidí comenzar de nuevo.
En ese entonces no lo entendí, pero sucedió que ser despedido de Apple fue lo mejor
que podía haberme pasado. La pesadez de ser exitoso fue reemplazada por la liviandad de ser un principiante otra vez, menos seguro de todo. Me liberó para entrar en uno de las tapas más creativas de mi vida. Durante los siguientes cinco años, comencé una compañía llamada NeXT, otra compañía llamada Pixar, y me enamoré de una asombrosa mujer que se
convirtió en mi esposa. Pixar continuó y creó la primera película en el mundo animada por computadora, Toy Story, y ahora es el estudio de animación más exitoso a nivel mundial. En un notable giro de los hechos, Apple compró NeXT, regresé a Apple y la tecnología que desarrollamos en NeXT constituye el corazón del actual renacimiento de Apple. Además, con Laurene tenemos una maravillosa familia. Estoy muy seguro de que nada de esto habría sucedido si no me hubiesen despedido de Apple. Fue una amarga medicina, pero creo que el paciente la necesitaba. En ocasiones la vida te golpea con un ladrillo en la cabeza. No pierdan la fe. Estoy convencido que lo único que me permitió seguir fue que yo amaba lo que hacía. Tienen que encontrar eso que aman. Y eso es tan válido para su trabajo como para sus amores. Su trabajo va a llenar gran parte de sus vidas y la única manera de sentirse realmente satisfecho es hacer aquello que creen es un gran trabajo. Y la única
forma de hacer un gran trabajo es amando lo que hacen. Si todavía no lo han encontrado, sigan buscando. No se detengan. Al igual que con los asuntos del corazón, sabrán cuando lo encuentren. Y al igual que cualquier relación importante, mejora con el paso de los años. Así que sigan buscando hasta que lo encuentren. No se detengan.
La tercera historia es sobre la muerte
Cuando tenía 17 años, leí una cita que decía algo parecido a “Si vives cada día como si fuera el último, es muy probable que algún día hagas lo correcto”. A mí me impresionó y desde entonces, durante los últimos 33 años, me miro al espejo todas las mañanas y me pregunto: “Si hoy fuera en último día de mi vida, ¿querría hacer lo que estoy a punto de hacer hoy?” Y cada vez que la respuesta ha sido “No” por varios días seguidos, sé que necesito cambiar algo.
Recordar que moriré pronto constituye la herramienta más importante que he
encontrado para ayudarme a decidir las grandes elecciones de mi vida. Porque casi todo – todas las expectativas externas, todo el orgullo, todo el temor a la vergüenza o al fracaso – todo eso desaparece a las puertas de la muerte, quedando solamente aquello que es realmente importante. Recordar que van a morir es la mejor manera que conozco para evitar la trampa de pensar que tienen algo que perder. Ya están desnudos. No hay ninguna razón para no seguir a su corazón.
Casi un año atrás me diagnosticaron cáncer. Me hicieron un scanner a las 7:30 de la
mañana y claramente mostraba un tumor en el páncreas. Yo ni sabía lo que era el páncreas.
Los doctores me dijeron que era muy probable que fuera un tipo de cáncer incurable y que mis expectativas de vida no superarían los tres a seis meses. Mi doctor me aconsejó irme a casa y arreglar mis asuntos, que es el código médico para prepararte para la muerte.
Significa intentar decirle a tus hijos todo lo que pensabas decirles en los próximos 10 años,
decirlo en unos pocos meses. Significa asegurarte que todo esté finiquitado de modo que sea lo más sencillo posible para tu familia. Significa despedirte.
Viví con ese diagnóstico todo el día. Luego al atardecer me hicieron una biopsia en que introdujeron un endoscopio por mi garganta, a través del estómago y mis intestinos, pincharon con una aguja mi páncreas y extrajeron unas pocas células del tumor. Estaba sedado, pero mi esposa, que estaba allí, me contó que cuando examinaron las células en el
microscopio, los doctores empezaron a llorar porque descubrieron que era una forma muy rara de cáncer pancreático, curable con cirugía. Me operaron y ahora estoy bien.
Fue lo más cercano que he estado a la muerte y espero que sea lo más cercano por unas
cuantas décadas más. Al haber vivido esa experiencia, puedo contarla con un poco más de certeza que cuando la muerte era un útil pero puramente intelectual concepto:
Nadie quiere morir. Incluso la gente que quiere ir al cielo, no quiere morir para llegar allá. La muerte es el destino que todos compartimos. Nadie ha escapado de ella. Y es como debe ser porque la Muerte es muy probable que sea la mejor invención de la Vida. Es el agente de cambio de la Vida. Elimina lo viejo para dejar paso a lo nuevo. Ahora mismo, ustedes son lo nuevo, pero algún día, no muy lejano, gradualmente ustedes serán viejos y
serán eliminados. Lamento ser tan trágico, pero es muy cierto.
Su tiempo tiene límite, así que no lo pierdan viviendo la vida de otra persona. No se
dejen atrapar por dogmas – es decir, vivir con los resultados del pensamiento de otras
personas. No permitan que el ruido de las opiniones ajenas silencien su propia voz interior. Y más importante todavía, tengan el valor de seguir su corazón e intuición, que de alguna
manera ya saben lo que realmente quieren llegar a ser. Todo lo demás es secundario.
Cuando era joven, había una asombrosa publicación llamada The Whole Earth Catalog,
que era una de las biblias de mi generación. Fue creada por un tipo llamado Steward Brand
no muy lejos de aquí en Menlo Park, y la creó con un toque poético. Fue a fines de los 60,
antes de las computadoras personales y de la edición mediante microcomputadoras, por lo
tanto, en su totalidad estaba editada usando máquinas de escribir, tijeras y cámaras
polaroid. Era un tipo de Google en formato de edición económica, 35 años antes de que
apareciera Google: era idealista y rebosante de hermosas herramientas y grandes
conceptos.
Steward y su equipo publicaron varias ediciones del The Whole Earth Catalog, y luego
cuando seguía su curso normal, publicaron la última edición. Fue a mediados de los 70 y yo
tenía la edad de ustedes. En la tapa trasera de la última edición, había una fotografía de una
carretera en el campo temprano en la mañana, similar a una en que estarían haciendo dedo
si fueran así de aventureros. Debajo de la foto decía: “Manténganse hambrientos.
Manténganse descabellados”. Fue su mensaje de despedida al finalizar. Manténganse
hambrientos. Manténganse descabellados. Siempre he deseado eso para mí. Y ahora,
cuando se gradúan para empezar de nuevo, es lo que deseo para ustedes.
Permanezcan hambrientos. Permanezcan descabellados.
Muchas gracias.

Algo que decir

Algo que Decir(2011)...es un disco que surge de la impotencia de hacerte escuchar frente a políticos, gente de miérda que anda dando vuelta por este mundo. Es un disco que congrega a los mejores artistas de la música que se han rebelado con los poderes de gobierno y han hecho sus letras puñales para herir a los sin memoria.

Algo que Decir (2011) es el primero de los disco que van a salir este año con diferentes mensajes. En esta oportunidad ¡Al gran prueblo Argentino Salud! pensado para nosotros, para los Argentinos, que tengamos memoria de aquellos que nos robaron, nos asesinaron, destruyeron nuestros ideales. Aquellos que odian a los que piensan distinto.

¡Al gran pueblo Argentino Salud! primero disco de Algo que Decir (2011) tiene un mensaje claro en sus letras. Por eso junto al CD también encontrarán las letras de cada tema que fueron elegidos estratégicamente desde su ubicación y su versión en vivo. Recomiendo leer atentamente cada letra. Ya que es un mensaje directo del escritor a vos. También encontrarán incorporado al CD los videos de cada tema en vivo.




Detalles técnicos:

Formato: MP3
Birate: 320 Kbps
Año: 2011
Por: Leo Condorí
Sitio: http://www.leocondori.com.ar

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El viejo Felipe

Luego de muchos años llegó a la vieja estación que ya no funciona, el viejo Felipe.

El pibe se acerca como lo hizo una y mil veces en aquella estación, ya no está el guarda. Ya no está el diariero ni mucho menos el cafetero. Hoy es él y la estación. El vacío parece reemplazar lo que alguna vez sonó con hondura en sus oídos. El nene se sienta, piensa, llora, ya no le importa el tiempo, porque aprendió a perderlo con sabiduría. Nadie le preguntará si está perdido.

No importa el tiempo transcurrido cuando este se detuvo en momentos inolvidables. Felipe está preso del aire y de la nada misma. De golpe todo parece tomar color. Aquello que estaba viendo lo comenzó a oír. Y casi como un juego de ajedrez el tablero de la vida quedó completo. De pronto alguien le toca la espalda y hace que el pequeño Felipe se incorpore lentamente, por su vestimenta el niño no parecía alguien de la calle. Su jardinero de corderoi marrón y voina al tono hace indicar que es un nene.

- ¿Cuánto cuesta la lustrada pibe! Sonó inmediatamente al ver los ojito mojados de Felipe.
Felipe contestá: - ¡ $5 señor!
- ¡Adelante, rápido! que el próximo tren está próximo.

Mientras comenzó a lustrar aún en estado de shock su mente le sugirio el camino del recuerdo.
Había hecha tantas veces ese trabajo que casi no era necesario estar concentrado para un acabado impoluto. Se imaginó llegando a su casa con un regalo en la palma de su mano pero su madre que por desgracia duerme los sueños eternos jamás lo recibiría.
El sonido penetrante de la locomotora lo trae de nuevo a la estación.

- ¡Listo Señor!, mirándo con una sonrisa finjida a su cliente desconocido.
- ¡Toma tu paga niño!. Soltó el cliente sin mirarlo y prestando atención en butaca se sentaría.

Al viejo Felipe se le cae una lágrima que se desliza por las canalestas que la piel le forma al rededor de los ojos.

El niño mira nuevamente a los transeúntes. Y siente envidia de aquellos que son libres. Se desconcentra por un momento y vuelve a quedar mirando ese señor que acaba de atender y nota que le ha dado diez pesos por su trabajo.

La locomotora ya comenzó a girar lentamente para comenzar su rutina cíclica. Corriendo con todas sus fuerzas Felipe con sus piernitas cortas intentaba llamar la atención de su cliente. Más no lo lograba. Decidió entonces treparse a la unidad. Lo logró con cierto riesgo. No tenía nada que perder.

- ¡Señor disculpeme, me he quedado con su dinero, discúlpeme por favor! mientras tomaba aire.
El cliente no parecía prestarle atención a la alarmante forma de expresarse de aquel niño.

Sin sacar la mira del horinzonte que ya se dibuja a los laterales del tren le pidio a Felipe que se sentara frente a él. Pasaron 30 minutos sin emitir sonido. Felipe se comenzó a preocupar.

Hasta que al fín el cliente lo miró y le dijo que era un ladrón. Felipe levantó la cabeza rápidamente, pero al ver la furia del señor se intimidó.

- Señor se que he fallado, discúlpeme, por favor (entre sollozo).
- Te perdonaré, pero tendrás tu castigo.

Felipe, solo, indefenso, pensó en salir corriendo pero el señor no le asustaba, solo el tono en que las decía.

De repente rompe esa tensa atmósfera un señor vestido de negro que pide los boletos.

El señor metiendo su mano derecha en su saco arrebata su boleto.

- ¿Y el tuyo niño? - dijo el guarda.

Felipe otra vez deseo tener familia para que lo protegiera. Pero esta vez se quedó callado, la situación lo había superado.

- Disculpe señor, momentos antes de llegar aquí he visto que ustes hablaba con el niño, ¿viene con usted?. Dirigiéndose al cliente.

- No, este niño simplemente es un ladrón.

Felipe estalló en llanto inmediato. Quizó salir corriendo pero el guarda envolvió su bracito con sus dedos gruesos.

- ¡Dónde vas pequeño bribón!.

- ¡Suélteme!; ¡Suélteme! por favor, por favor. ¡Mamá!, ¡mamita ayudame por favor!.

- El cliente volvió rápidamente la mirada hacia el pequeño Felipe y con ansias le preguntó: ¿Qué estás diciendo niño, tu madre vive, (nervioso)...está aquí.?

- Sí, ella siempre está conmigo, el día que murió me prometió que siempre estaría conmigo y ella es la que me obligó a venir hasta aquí a devolver su dinero. No soy un ladrón -entre llanto retrucó Felipe-.

- ¡Bueno basta de preguntas! -replico el guarda con el seño fruncido.

- ¡Cálmese por favor! - dejando una pausa- yo pagaré por el niño retrucó el cliente.

Mirando hacia Felipe el guarda le dijo: - Tienes suerte pequeño. Y lo soltó.
Felipe tomando coraje preguntó a el guardo por el importe del boleto. El guarda le contestó que era de $2.50, pero en concepto de multa sería el doble.
Felipe sacando rápidamente el billete que había hechos un bollito, lo estiró con la palma de su mano sobre su pecho y se lo entregó al guarda. Felipe recibió su vuelto, inmediatamente le entregó esos $5 pesos a cliente.
Con una sonrisa le dijo - Tomé su dinero, yo no soy un ladrón. Ahora usted me debe $5 por obligarme a subirme a un tren sin pasaje.
Las hablidades comerciales de Felipe le hicieron sentir un orgullo fraternal. Pero lo quizo disimular.
- Niño, no me faltes el respeto.
- Señor, no le estoy faltando el respeto. Sólo le digo lo que me parece justo.
- ¿¡Justo!?. ¿Cómo un niño puede saber diferneciar lo justo de lo injusto?.
- Señor, para mi lo injusto es lo que daña a mi prójimo pudiendo evitarlo.
- ¿De donde sacaste eso niño?
- Mi mamita me lo enseño. Y yo he aprendido a respetarla y a poner en práctica lo que ella me ha enseñado.
- Bien, eres un buen niño, pero te falta aprender modales. ¿Y tu padre?, ¿Acaso ha muerto también?

- Mi mamá me dijo que las personas mueren cuando dejan de dar cosas. Que envejecen cuando dejan de aprender. Por lo visto él ha muerto.
De repente un auto muy lujoso se estaciona en el destino donde el tren hace minutos a partido. El chofer del mismo baja rápidamente y dirijiéndose al cliente con una reverencia le dice: - Discúlpe la demora gobernador, es que he tenido un problema con el auto.
- ¡No aprendo a escuchar escusas!, ¡usted es un inútil!.
A Felipe le vuelve a envolver el miedo. Y tartamudeando le dice: - ¿Go, go, gobernador?
El chofer mirando a Felipe, le pregunta al Gobernador si el niño molestaba, meneando la cabeza informa que no.
- ¿Usted es el gobernador?, ¿cómo puede ser que el gobernador viaje en tren?.
- ¿Acaso no puedo?.
El chofer se dirije a la puerta trasera para permitirle el ingreso a su autoridad. Mientras el gobernador ya había ingresado su pié izquierdo al vehículo se detiene y se dirije al niño: - No me has dicho tu nombre pequeño.
- ¡Felipe! Señor. Mi nombre es Felipe.
- ¡Mira que casualidad! como usted señor. Opina el chofer.
- Felipe el Gobernador, sin hablar y con la mirada le indica lo desubicado de su comentario.
- ¿Señor usted también se llama Felipe?
- Así es. Retrucó.
Finalmente el Gobernador ingresó por completo a su auto, sube sus vidrios y con un gesto le ordena al chofer que conduzca.
Felipe se queda con una sensación amarga. Con un vértigo nuevo. De repente 50 metros adelante el auto ilumina sus luces rojas y se detiene, sacando su brazo por la venta el Gobernador le hace señas a Felipe que venga. Convencido que Felipe estaría viendo el auto. Cómo el niño había dado señas de ser muy inteligente no tenía dudas que lo estaba viendo.
Una vez dentro de la mansión del Gobernado, Felipe el chico miraba con total atención a cada detalle de aquella lujosa casa. Los mármoles estaban presentes en casi toda la casa.
Un regimiento de empleados de servicio salieron a su encuentro.
- Les presento a Felipe. Dijo con su primera sonrisa el Gobernado.
Todos alunísonos barajon la cabeza levemente en señal de reverencia.
Felipe fue adoptado por el Gobernador y nunca más se separó de su padre.
Nunca dejemos que las circunstancias te paralice, ni tus miedos que hablen por vos.
Presta mucha atención a las enseñanzas de tu padres. Y aunque ellos no estén, sigue manteniendolos vivos aplicando sus consejos. Ellos nunca moriran.
Felipe se retira de aquella vieja estación dónde alguna vez conoció a su padre adoptivo que tanto lo cuido y tanto amó. Hoy el anciano niño mirá la estación de su niñez.
Por: Leo Condorí

Mirando por primera vez

Desde la mansedumbre del sonido, a mi alma penetra lo dulce de mis pensamiento. Aquello que sonó hoy es mudo, aquello que una vez tuvo brillo propio hoy es inquilino. Arrebatador de ilusiones. Muerte y tempestad para la vida. Humillación de grandes. Ternura reprimida aniquila lo bello. Cansado de correr he visto desafallecer al justo y vitoriar al incensato. La muchedumbre desvela por aquello que detesta. Mansión de tempestades. Oportunidades resquebrajadas. Latitudes desiguales. La mansa calma de lo eterno. Lo minúsculo platónico. Derroche de pensamientos. Blancura de hermosos vestidos. Tezón escudo de mentiras.

Por este valle he de pasearme lentamente hasta esperar ver la luz que cruza tenuemente por sus límites. Arrebatador de fuerzas, donde las ilusiones yacen desnutridas del sol de la esperanza. Amores que llegaron. Insatisfacción desleal. Prisiones de arrebates espontáneos. Falsedad de falsos. Inequívos resto de alegría. Pérdida coloquial. Abatimiento de la especie.

Busco las fuerzas que una vez me empujaron a los más alto de aquel remolino juvenil. Sin dudas han dejado sus huellas en mi perecer tardío, enmascarador de realidades. Sentimientos falsificados por temores. Serénate le grito una y otra vez, más no parece escucharme. Cada vez se aleja más con la mirada triste pero con una falsa sonrisa sobre su mentón. ¡Mentiroso!

Brújula de vanidades. Pesar de pocos. Estrecho camino el elegido. Fuente te he de encontrar. Te someteré a mis eternos deseos y seré como la rama. Ley de absorto comportamiento. Tatuajes en el alma. Pulido frenético. Desgarro desde el rincón del imperdonable, deseos del cautivo, pensamientos del preso. Algún día será realidad.

Por: Leo Condorí

El día menos pensado...

"Voy mirando hacia mi destino y tengo miedo sea verdad. Cada vez más pienso en lo piadoso que fui, en lo piadoso que soy, ya lo seré. Cómo vástago mi alma deambula por los aires preguntando mi perecer cercano. Mecer de inquietudes, sosiego de mis debilidades, alma triste y solloza. Corazón sin fe. Vida dolida. Amanecer sombrío y eterno. Manecilla de la vida pronto cesará. Mente de grandes coraje de pocos.


Vértigo que subyace en la eterna mortandad. Deshielo de desilusiones. Puerta de dolor, amanecer de tempestades. Vigor perdido a fuerza de esclavitud. Enaltece mi prisión perpetua de perplejidades. Dinastía rota por la conciencia. Falso dios, roto y descosido, maldito. Sabana de desilusiones.

Fuente inagotable de excesos programados. Mirada oculta de los marginados. Renacimiento épico de héroes fallecidos. Relámpago de sosiego. Anestesia de ignorancia. Imperdonable subdesarrollo de lo impensado. Guía sin huellas. Fracazo de lo espontáneo. Desarraigo de ilusiones.

Pincel roto. Ventana estrecha. Luz deslumbrada. Cobija desdeñada. Endecha. Colina virgen. Mirada oscura. Sol fraterno. Peso andar, triste final. Feto parlachín. Coraza de cartón. Mesías sin sendero. Silencio.